miércoles, 6 de agosto de 2014

Los condotieros, señores de Italia. (Varias obras)


Por todos es conocida la figura del mercenario internacional: un grupo de soldados, normalmente de élite, que se ponen al servicio de un gobierno extranjero con una retribución económica a cambio. Pero lo que no todo el mundo conoce es el hecho de que la figura de estos modernos mercenarios alcanzó su auge en la Italia del Renacimiento.

A lo largo de la historia de los territorios italianos, pero muy especialmente en la primera mitad del siglo XV, proliferaron las compañías que buscaban obtener fama y fortuna a cambio de prestar sus servicios militares. Queden aparte, por no ser italianas, los mercenarios alemanes de finales del XIV,  las famosas compañías almogávares españolas, o la Guardia Varega de los emperadores romanos; vamos a centrarnos en la figura de los Condotieros y su representación en el Arte.

Pero.. ¿Que es un condotiero? Tengamos en mente la situación de la Península Italiana durante el Renacimiento. Dividida en multitud de pequeños territorios, sin una autoridad suprema a la que servir, los nobles italianos del Renacimiento, que subsistían a base de hacer la guerra, se encontraban de pronto sin ninguna actividad bélica y con graves apuros económicos. No todos se resignaban a su suerte: muchos se enrolaban como voluntarios en ejércitos extranjeros a cambio de una remuneración. Esta figura del noble/mercenario es el embrión del posterior condotiero y de sus grandes compañías.


"Estatua ecuestre del Condotiero Bartolomeo Colleoni", de Verrochio. Bulto redondo en bronce. Venecia.

Colleoni se hizo famoso en el norte de Italia por su bravura militar y sus trabajos para varios de los territorios italianos, entre los que destacaron la República de Venecia y el Ducado de Milán
Con el paso del tiempo estas unidades dejaron de ser exclusivamente nobles  y comenzaron a profesionalizarse: es en este instante cuando nacen las Compañías italianas de condotieros. Desde el siglo XV todos los condotieros eran italianos. La efectividad de las compañías radicaba en su versatilidad: cubrían todas las necesidades militares, desde caballería a infantería. Su número era variable en función a los miembros disponibles, pudiendo variar entre varios cientos y varios miles de hombres.

 En cuanto al salario, quedaba establecido en la condotta: un contrato estipulado antes del trabajo en el que las partes acordaban los términos del mismo. Si el contratante pagaba, las relaciones eran buenas; no obstante si no pagaba o se retrasaba en el pago, las compañías podían llegar a sublevarse y a dedicarse al saqueo para poder así cobrar lo que se les adeudaba.

A veces, los propios gobernantes de los territorios se convertían en condotieros junto con sus vasallos para obtener un dinero extra para su territorio. Los señores de Urbino y de Rimini lograban obtener grandes beneficios en sus campañas que luego utilizaban en sus respectivos señoríos para realizar mejoras o simplemente "cuadrar" las cuentas.


"Estatua ecuestre de Erasmo de Narni, Gatamelatta" de Donatello.  Bronce. Ciudad de Padua.
De Narni pasó su vida al servicio de los distintos estados italianos, destacando sus servicios al Papado y a Florencia. Gobernó asimismo la ciudad de Padua
.

El fin de los condotieros como unidades militares en auge llega a la par que los franceses. Al comienzo de las llamadas "Guerras de Italia" entre Francia y los reinos de España, el uso de la artillería por parte de los franceses, algo para lo cual las tradicionales compañías de condotieros no estaban preparadas, terminó por dejarlas anticuadas. Muchos de los capitanes condotieros se pasaron al bando francés durante la guerra, y otros se pusieron al servicio de Carlos V. Incapaces de competir con unidades modernas como los piqueros suizos, los lansquenetes alemanes o los tercios españoles, pronto quedarían en el olvido. No obstante la palabra condotiero ha quedado para la posteridad como un gran general italiano.

"Condotiero con su escudero", de Paolo Morando, Cavazzola. Galería Uffizi, Florencia.
Espero os haya gustado.

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